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sábado, 28 de agosto de 2010

Los caminos de la guerra

"El lodazal" de M Escher

Los caminos de la guerra. (De El lenguaje de los objetos )


Apoyada sobre las rodillas. Las palmas abiertas arriba del perfecto diseño de las huellas que dejan las ruedas, de las máquinas, de los fuegos. María parece un adorno exótico, estático, sintético. María arrulla el suelo con un llanto que cala hacia adentro. Una mejilla apoyada en el polvo, la otra hacia el infinito. Lleva el cuerpo envuelto en paños coloridos, pero el llanto amortajado en claro lienzo. De su cintura pende una bolsita repleta de hojas frescas que sirven de remedio. Junto a los talones abandonó las sandalias gastadas, oscuras, último límite cuerdo.

Se escucha la guerra que avanza por todas partes. Montada viene, en máquinas que mastican terrores nuevos, prejuicios viejos. Avanzada viene, en humo de gases feroces y venenos. Multiplicada viene, sobre el desierto perfecto. Y deja una cicatriz enorme como una boca hambrienta, como una panza hinchada, como un niño ciego.

María permanece sobre las rodillas. Permanece con sus oídos despiertos. Un oído atiende las palabras del cielo. El otro oído en la tierra le dice que su hijo ha vuelto.

6 comentarios:

Cecilia Restiffo dijo...

Marisa: qué bueno es verte, qué bueno es escucharte en cada palabra. María tiene algo que no sabe que tiene, tiene las palmas llenas de esperanza.
Me gustó mucho el texto y más que hayas puesto en práctica esto de escribir para alumbrar a otros que, como yo, andamos siempre buscando los fulgores y los eclipses que nos iluminen la noche.
Un beso, amiga.Estaré observando atenta este nuevo cielo que se asoma.

Marisa Perez Alonso dijo...

Querida Cecilia: Para mí también es sumamente placentero encontrarte y compartir. Es bueno saber que es lindo tener la inmensidad para volar, pero más necesario resulta tener otros corazones hasta dónde planear.
Muchas gracias por tus comentarios que me inspiran y me brindan compañía.

Hernán Schillagi dijo...

Qué importante es a veces la mirada del que escribe, porque aquí el disparador es una huella que quizá para otro pase desapercibida.

Pero una huella siempre es la presencia de alguien o algo en el pasado. Una historia que hay que desentrañar como si fuera la punta de una madeja enrevesada.

La esperanza siempre se esconde en los lugares menos pensados. Me interesa este -inédito- libro "El lenguaje de los objetos". ¿El personaje es el mismo? ¿Hay una historia "macro" por encima de las pequeñas?

Marisa Perez Alonso dijo...

Sí, la historia macro es la de un coleccionista y un fotógrafo. Las historias pequeñas y sus personajes se repiten en algunas oportunidades.
Como yo escribo "por pasadas" esta es la segunda corrección y creo que va quedando lo definitivo.
La idea es hablar de onjetos que pasan desapercibidos cotidianamente hasta que llega aquel para quien el objeto habla.

Laura Rivera dijo...

Me encantó, Marisa! El lenguaje de los objetos, es otro libro tuyo? Me gusta mucho el título y este texto me pareció excelente.
Un abrazo

Marisa Perez Alonso dijo...

Gracias Laura:
"El lenguaje de los objetos" es un libro que escribo desde hace mucho tiempo. Sufre permanentes correcciones. Ya tiene una especie de forma como novela donde un fotógrafo mantiene visitas y conversaciones con un coleccionista. Me centro en estos personajes que son muy observadores. Ellos dos son los encargados de introducir historias como la de María.
Es un libro de cocción lenta. Lo incluí en el blog porque una parte de la trama tiene que ver con aquello que en los otros en los relatos y estos comentarios son mi alimento. Tal vez si tuviera más gente que hace comentarios, sería más veloz, sin embargo todavía no sé muy bien cómo promocionar mi blog, soy novata en esto.
Tus comentarios me alientan mucho porque creo conocerte un poco a través de tu trabajo publicado en "el agua del tiempo".