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sábado, 21 de agosto de 2010

Volver a dar a luz

foto: Daniel Magallanes

Existen personas que,  sin importar la edad,  construyen su mundo a partir de la búsqueda de significados nuevos,  de aventuras en lo cotidiano,  de hipótesis geniales y absurdas,  de descubrimientos trascendentes en detalles domésticos.  Esas personas llevan a flor de piel a su niño interior.  Ese niño asombrado e inocente que acepta entusiasmado todo lo que puede aprender.  Un niño que puede jugar con la realidad y transformarla.  Y los niños gustan de lo fantástico,  de lo desbordante. 
La literatura fantástica es ese borde por donde transitamos en busca de esas razones inverosímiles para asombros cotidianos,  es el mapa de nuestra propia fascinación ante lo inexplicable.  En la actualidad,  todos nos preciamos de ser racionales y de poder dar conceptos claros y precisos o de ser especialistas en alguna rama de la ciencia.  Pero ocurre lo contrario con la vida.  Cada vez más, las cosas que nos suceden parecen generarse en esa borrosa línea divisoria entre lo real y lo ficcional.   
La tecnología nos permite adaptarnos de una manera asombrosa  y la aceptamos imcomprensiblemente,  como un juego,  como un nuevo acertijo,  o mejor dicho,  un laberinto.  ¿Acampamos al borde del abismo?  ¿Vivimos afuera o adentro de la adivinanza? 
Hace un tiempo escribí ciertos cuentos.  Con el esfuerzo de toda mi familia logramos publicarlos con forma de libro,  fue mi regalo del día de la madre.  ¡Eso sí fue un parto colectivo!  Ese libro portador de siete pequeños mundo narrados con ferocidad,  también escondía el otro universo de eventos que fueron engarzándose en la realidad para que se concretara.  El encadenamiento de los esfuerzos de un círculo de personas que me veían mejor,  de lo que yo misma me veía.  Y así nació De la luna y otros monstruos.  Un libro impreso en papel que sólo algunos pocos habitantes de Mendoza,  además de mis amigos,  conocieron. Pero el asombro una vez más,  me llenó los ojos de admiración y las manos de obras:  hoy,  ese libro navega por internet gracias a los pases (casi) mágicos de la Editora Digital y muchos lectores se asoman al hallazgo de las historias,  acampan junto el abismo de la lectura,  juegan a la escondida entre sus páginas.  De la luna y otros monstruos volvió a nacer y me trajo,  como un amanecer recién estrenado,  la alegría compartida con los que lo leen y les gusta,  la maravilla renovada porque la tecnología pudo una vez más superar la contingencia y el deseo de volver a jugar a que nos contábamos historias para darnos consuelo. 



6 comentarios:

Laura Rivera dijo...

Leí con mucho gusto el cuento "Confesión para el último round", que está disponible en el blog de Editora Digital. Dan ganas de seguir leyendo los otros cuentos. Felicitaciones por este primer libro.
Saluditos

Marisa Perez Alonso dijo...

Gracias Laura. Es un gran honor.
Ese cuento intenta descubrir una cacería impensada, la trampa diseñada para un observador especializado. Creo que los fotógrafos logran captar esos momentos desprevenidos de la realidad que para el resto de los mortales pasan inadvertidos, camuflados bajo capas de vulgaridad. Tus fotografías me inspiran historias inquietantes, pero también me despierta la curiosidad el ojo que ve, lo que otros no. ¡No te sorprenda si dentro de poco tus fotografías son protagonistas de un cuento!.
Gracias.

Hernán Schillagi dijo...

Marisa: te felicito por partida doble. Primero por haber publicado hace unos años el libro y, segundo, porque ahora puede tener una nueva oportunidad gracias a la abuelita internet que parió otro libro: el tuyo.

Eso sí, soy uno de los afortunados que tiene "De la luna..." en su biblioteca.

Marisa Perez Alonso dijo...

Gracias Hernán por tu consideración y por agregarle te buena onda a esta noticia.

Laura Rivera dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Laura Rivera dijo...

Buenísimo, Marisa! será un privilegio para mí, que alguna de mis fotos protagonicen alguno de tus cuentos!
Gracias!
Un abrazo