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domingo, 26 de septiembre de 2010

El camino de regreso


Foto:  Daniel Magallanes

Cuando el viaje es un descubrimiento y un agasajo,  el viaje te hace subir y planear por el aire colgada de la última ráfaga de viento.  El motivo fue recibir un premio por la felicidad de crear historias.
Cuando el viaje es a una ciudad antigua, te rondan las historias pretéritas,  borrosas,  contradictorias y enigmáticas.  Cuando el viaje es también un encuentro con otros que te ayudan a crecer,  volver es dificultoso y revelador. 


Poner los pies sobre la tierra,  oler a lluvia,  estar a la altura de los ojos de las personas sirve para pensar sobre lo que te cambió el viaje.  Porque es una peregrinación por otras personas y por otros espacios que te revelan interiormente verdades colosales.  Los eventos en la Feria del libro y en la Editorial Comunicarte estaban llenos de calidez,  de detalles amorosos. 

Las personas que te dejan mirar en el fondo de sus ojos y conocer la materia de la que están hechos.  Personas valientes.  Otras que en la sonrisa te regalan cascabeles para tu noche  te enseñan a crecer.  Te mantinen en ruta.  Te educan.
La piel descubre lugares que te revelan lo sagrado  y en consecuencia tu trayecto privado ,  irrepetible  se bifurca en una serie de versiones temporales que se preguntan por esos otros tiempos y esas otras vidas que figuran en las placas o monumentos.


La vuelta del camino provoca el suspenso y el relato.  Provoca la versión de la experiencia.  provoca otro reemplazo,  el que hacen las palabras.  Y la escritora llena sus relatos de anécdotas,  de gestos,  de ojos asombrados,  de suspiros,  de réplicas de los mapas,  de vibraciones en anécdotas extrañas o jocosas.  Los motivos del viaje no son ajenos,  fue un viaje elegido y proporcionó el escenario para el cambio interior.   Y ahora las imágenes la hacen sonreir.  Las palabras la transportan al espacio de la construcción de un texto que perdurará como los monumentos.  
Y ya no hay mapa que registre las paradas,  las retrospecciones,  los ascensos y los develamientos.  Sólo una lista de vocablos con significados diversos,  unos anteojos llenos de miradas absortas,  y la piel inaugurada a nuevas sensaciones. 
Ahora,  el lugar que habito parece un país extranjero.  He cambiado,  ha cambiado.  Soy feliz en el cambio y reconozco los beneficios de los otros peregrinos en mí.  Como una multitud de mundos privados y en permanente viaje que nos llevamos unos a otros,  unos encima de otros,  unos después de otros,  como individuos y como especie,  a través de los  tiempos y los gestos.

¡GRACIAS!

7 comentarios:

Laura Rivera dijo...

Marisa, me encanta leerte, todas esas experiencias y sensaciones relatadas de manera sorprendente... buenísimo, me alegra mucho saber lo provechoso e inspirador que fue este viaje, este compartir momentos tan emotivos y gratificantes.
Un abrazo

Hernán Schillagi dijo...

Marisa: qué alegría saberte de regreso, pero no de vuelta; ya que regresar supone querer seguir aprendiendo (y aprehendiendo).

Te felicito nuevamente y me dieron unas ganas terribles de volver a Córdoba ya que hace unos 2 años y medio (fui a ver Soda Stereo) estuve fugazmente y me pareció una ciudad caóticamente hermosa y desconcertante.

Marisa Perez Alonso dijo...

Laura, Gracias por tu comentario. Es bueno cambiar y a la vez ser la misma y compartirlo con ustedes, mis amigos.
Otro abrazo para vos.

Marisa Perez Alonso dijo...

Hola Hernán!!! Sí, he regresado. Creo que todavía ese retorno está tocando este presente. Un viaje supone aprendizajes, elecciones y sucedieron.
Y Córdoba es genial!!!

sergio dijo...

Has cumplido con una de las funciones que el viaje ha tenido para los hombres de todas las épocas: el aprendizaje. Entonces, está muy bien que haya regresado. Ahora, Marisa, es ud una especie de Odiseo de Cavafis.

Marisa Perez Alonso dijo...

Sí Sergio soy un Odiseo de Cavafis y tuve el placer de viajar con mi amor (¿Será mi Penélopo, Daniel?) Y siento que llegar con otros ojos, hasta mi querida tierra me hace ver y verme mejor.

Fernando dijo...

Hola Mari!!!!

Estoy por encarar el libro que me regalaste con tus cuentos!!! Apenas lo termine, te cuento!

Aprovecharé el fin de largo!

Besos míos y de Paula!

Fernando