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sábado, 10 de septiembre de 2011

Los despojos






El sol zigzaguea entre las ramas y desata aliento de fuego. Los vestidos suspensos como bailarines del aire junto a la única pared en pie  después del bombardeo. 
Entre las rachas de cielo,  merodea otra vez la muerte de hierro.  Observando su obra,  el escarmiento. 

La pared de los vestidos es el límite del horror.  Llega María y su bicicleta hasta la frontera del cielo en busca de alimentos.  Detrás de la pared están los soldados.  Descolgaron los vestidos,  únicos testimonios de otros tiempos.  La bestialidad acecha a María y al pueblo.  Violación,  saqueo.

Una pared llena de cicatrices,  el sol que ilumina la desgracia, el humo disipado por el viento.  Luego vendrán las declaraciones de los órganos oficiales,  las disculpas,  los resarcimientos.   Pero será tarde porque entre las rachas de cielo María ve una muerte sin regreso.



2 comentarios:

Hernán Schillagi dijo...

Marisa: qué bueno que hayás vuelto a publicar!!!

Una visión, como no podía ser de otro modo, amarga de la guerra. Sin embargo, algo de belleza se cuela entre los escombros y los vejámenes que son paliativos para el que lee. ¿Volver al dolor y la barbarie en estética? No. Atravesarlo con las palabras que podemos para soportarlo y tratar de entenderlo.

Un detalle en el tercer párrafo: "hasta la frontera del cielo en busca alimentos..." Falta la preposición "DE" alimento.

Por otro lado, me llama la atención (para bien) el trbajo de las asonancias en "e-o" entre las oraciones y los finales de párrafos. ¿Fue poema en verso antes que prosa? ¡Confiese! Jaja.

Un abrazo.

Marisa Perez Alonso dijo...

Hernán: Siempre compuse en voz alta antes de escribir. Ahora creo que se me nota. No creo que pueda hacer poesía (hablando en serio) sino que algo de lírica se va abrazando a las imágenes.