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viernes, 17 de mayo de 2013

La deuda


Se murió una muerte

llevándose  treinta mil almas

entre los dientes.

Se murió el terror.

Sólo la carne será gusanos.

Ni la cárcel,  ni el desprecio

le aliviarán el peso. 

Se murió de dictador,

de perverso y déspota.

Pagó sólo una muerte

¿A quién reclamarle

las que adeuda?


 

2 comentarios:

Hernán Schillagi dijo...

Marisa: gracias por poner palabras a tanto dolor. Yo pienso que, al menos, hubo justicia: la de los buenos, esa que no daña, sino que castiga con el encierro respetando el resto de los derechos. Como sociedad, no respondimos como él. No fuimos ni seremos como él.

Un abrazo.

Marisa Perez Alonso dijo...

Hola Poeta. Sé que se hizo justicia y no nos rebajó a su altura. Pero me da mucha rabia que no dijo, ni en su último momento, nada de los que mató, ni de los nietos que viven sin saber quienes son realmente.
Otro abrazo