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jueves, 2 de enero de 2014

Tomar las riendas






Llegaba el año nuevo en el sur y ella vio a través de esa ventana iluminada a quien sería su mundo.  No esperó.  No dudó.  Salió a la calle habitada de posibilidades para alcanzar lo que creía imposible.  Se alineó atrás del hombre con mochila en la vereda esforzada,  le tocó el hombro.  Él se dio vuelta sorprendido.  Prestó atención a los labios de la mujer que le susurraban.
- ¡Perdón! - Se sonrió con el comentario.- ¿Cómo dijo? ¿En qué puedo ayudarla? - Agregó agradablemente estrañado por la bella.
- Mara.  Mi nombre es Mara.- Declaró la mujer mientras le extendía la mano para saludarlo.
Atónito y sonriente extendió su mano. 
Así estrecharon una promesa. 


2 comentarios:

María Eugenia Sáncez dijo...

Me pareció interesante por la infinidad de continuaciones que plantea, por la infinidad de reacciones que provoca. Me pareció interesante por la manera de encarar el día y también, coincidiendo con la fecha, el año. Me encantaría también seguir leyendo lo que en Ud. despertó este comienzo.

Marisa Perez Alonso dijo...

María Eugenia, qué bueno que te gustara. Es el comienzo de una novela. Creo que el comienzo de una novela para adultos debe ser un poco misterioso y a la vez tener la clave de significación.
gracias por leerme. Un abrazo.