Se murió una muerte
llevándose treinta
mil almas
entre los dientes.
Se murió el terror.
Sólo la carne será gusanos.
Ni la cárcel, ni el desprecio
le aliviarán el peso.
Ni la cárcel, ni el desprecio
le aliviarán el peso.
Se murió de dictador,
de perverso y déspota.
Pagó sólo una muerte
¿A quién reclamarle
2 comentarios:
Marisa: gracias por poner palabras a tanto dolor. Yo pienso que, al menos, hubo justicia: la de los buenos, esa que no daña, sino que castiga con el encierro respetando el resto de los derechos. Como sociedad, no respondimos como él. No fuimos ni seremos como él.
Un abrazo.
Hola Poeta. Sé que se hizo justicia y no nos rebajó a su altura. Pero me da mucha rabia que no dijo, ni en su último momento, nada de los que mató, ni de los nietos que viven sin saber quienes son realmente.
Otro abrazo
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