Fotografía de Guillermo Carrió |
Miel de luna
Saliste mujer, luna de conquista,
a colonizar tu vida perfumada de dulzor.
Vestida de frescura en la tarde,
tentadora de calor y de amor.
Saliste exudando la luz indecente
del deseo, del barro, donde
el universo se condensa y se expande.
Saliste mujer, luna amante,
Resuelta en felicidad llena,
desvanecida en soledad menguante.
Clavaste tus raíces en el medio del pecho
y del cielo.
Allí, donde el son de tu cadera,
hechizó el aire de candombe y murga.
Aquí, donde el recuerdo de tu ternura
es la isla, el refugio, después de la batalla.
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